Cada carrera evoluciona a su forma. Quizá la predestinación existe, y algunas cosas, por inexplicables que sean, deban suceder de cierta forma en la vida.

Si alguien no la pasó bien durante un buen lapso de su carrera, es Miguel Layún. Luego, le dio un giro a su historia.

 

Tener en contra el entorno, recibir burlas solo porque es divertido, ser trending topic nacional a partir de una broma… Demanda un poco más que paciencia.

Lo recuerdo jugando en Veracruz, hasta que sonó su traspaso al Atalanta, primer mexicano en jugar en la Serie A, la tierra del catenaccio, aparentaba una dura prueba. Sin embargo, no tardó en regresar al América.

La historia de estos movimientos, efectivamente es otra historia. El punto es que Layún llegó revalorado a Coapa y en promisoria edad, 22 años.

Ahí, todo se complicó. Iba más allá de la cancha. Una vibra negativa sobre él había permeado en la afición y en los medios deportivos mexicanos (extra volubles en su mayoría, tema de otra ocasión).

Nos conocimos para hablar del tema. Más allá del futbol, cómo se daba este fenómeno y qué caminos podían tomarse. En mi caso, que acciones podrían seguirse a nivel relaciones públicas. Me quedó claro que en otros campos él estaba atendiendo el tema, además que estaba entrenando duro.

Me causo grata impresión.

Era un Miguel con gusto por el ataque, que recordaba con nostalgia cuando le permitían ir adelante.

Que recordaba con gusto cuando clavó tres en sus primeras muestras con Atalanta, antes del debut.

Qué había regresado a México para encontrar más de una complicación.

“No estoy en mi posición”, “no me quiere”. A veces nos tocan maestros difíciles y miren que a Layún le tocó conocer a Conte.

Evidentemente estaba incierto y molesto, pero era más la actitud de salir adelante. Una reciente contra crónica lo había pinchado, creo que justo lo necesario para darle el nivel de respuesta que necesitaba.

De aquella etapa, en algún viejo archivo encontré algunos tweets despiadados contra él. Unos de figuras serias, León Krauze; otros, de figuras periodísticas cuestionables, ‘Fantasma’ Núñez.

El futbol cambia de un momento a otro, un nuevo entrenador, un nuevo sistema… poco a poco, Layún empezó a sumar minutos, a pesar que la vibra (con su respectivo hashtag #) lo perseguía.

Si avanzamos en la historia…

Fast Forward X 2: Titular en América, menos volumen de crítica

Como parte de su notorio repunte, Miguel fue fichado por Nike México, coincidimos nuevamente en una presentación del jersey de América, entonces me encargaba de ejecutar los eventos de esta marca.

Era un Layún feliz por ir hacia arriba en su carrera -siempre que vi un atleta alrededor de Nike, noté un brillo diferente en los ojos-. Como siempre, atento con fans y reporteros, disfrutó la presentación y la interacción. Su gol para dar el título a las Águilas y las épocas de selección estaban aún por llegar.

Fast Forward X 24: Al Watforf FC, asenso a la Premier League. Mundial de Brasil. Tiempos de UCL en Porto. Sevilla, primer mexicano en jugar en Italia, Inglaterra y España, las verdaderas grandes ligas.

El siguiente encuentro con Miguel se dio unos años después. La vida da vueltas, el ya no carga la ‘culpa’ de nadie y yo superviso las estrategias de adidas.

Curioso, Nike y adidas, dos marcas mundiales. Uno, rey de la mercadotecnia. El otro, de ejecuciones precisas.

Ahora, Layún es asset adidas, disfruta las concentraciones, se le nota tranquilo en las sesiones de fotos y entrevistas, es pieza clave en la selección.

Se ve lejos aquella charla de las épocas complicadas

FF X 2: Titular en Rusia, México ahora lo apoya. Villarreal, última parada europea. Un Layún con 30 años, casi 7 de matrimonio y 2 pequeños, decide continuar su carrera en Rayados.

Los más jóvenes no tienen presente aquellas épocas de ‘culpa’, los mayores no podemos más que reconocer, en mayor o menor medida, una evolución admirable.

Aún quedan páginas por escribir.

 

“Las películas nos gustan porque son como la vida, no sabemos qué va a pasar”

Ignacio Ortiz, director de cine